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Reflexiones lógicas de la analista bursátil  Mª Ángeles Cava 

Las bolsas recibieron ayer con alzas la intervención coordinada de los bancos centrales para facilitar dólares a la banca europea y sujetar al euro. La inyección provocó que el euro llegara a la zona de 1,39. ¡Alegría!

Esto es lo que hay, un mercado intervenido. Nuestros políticos y los banqueros centrales enmascaran con sesudos razonamientos sus actuaciones pero en realidad no saben hacer otra cosa que insuflar liquidez.

Un amigo mío, prestigioso economista, me decía el otro día que sus alumnos le preguntaban qué había que hacer para salir de la crisis, y él me dijo que les respondía diciendo que los economistas sabemos qué hay que hacer para no caer en recesiones tan profundas, pero una vez que los políticos, con su mal gobierno y su derroche, han hecho todo lo que no había que hacer, a él no se le ocurría otra cosa que encomendarse a la Providencia.

No obstante, de la experiencia de recesiones y depresiones anteriores, se llevaba a la conclusión de que no había que incrementar los impuestos, no se debería buscar el presupuesto equilibrado y se debería favorecer en la medida de lo posible la inversión. Para ello, recomendada la modificación del impuesto sobre sociedades y el de la renta para establecer algún tipo de deducción por inversiones realizadas. Y luego esperar a ...la Providencia.

Nosotros como somos un poco malos, creemos que de entrada se debería modificar el Código Penal y tipificar como delito el derroche del dinero público. Y solicitar la devolución de los incentivos así como una parte del suelo cobrada por los directivos de las cajas y bancos que han recibido ayuda del Frob. Sí, sí, lo han entendido bien, con carácter retroactivo, porque es evidente que no cumplieron sus objetivos y nos engañaron puesto que la contabilidad no reflejaba la verdadera situación patrimonial ni los resultados del ejercicio. Y llegados a este punto, también le deberíamos pedir al auditor que devolviera parte del sueldo percibido en años anteriores por no realizar bien su trabajo. Además, en su caso la responsabilidad es mayor porque no olvidemos que el auditor persigue el bien público, no el particular de la empresa. Llegado este punto tenemos que hacernos una pregunta: ¿quién cree en la contabilidad?

Pues bien, los banqueros centrales siguen inyectando dinero, con ello, lo único que están haciendo es comprar tiempo, pero no es una solución, simplemente sube la bolsa y los especuladores (grandes fondos) ganan, pero la economía sigue débil.

En nuestra opinión, lo primero que se debe conseguir es que el crédito fluya desde la banca comercial a las empresas y los consumidores.

La última encuesta realizada entre propietarios de pequeños negocios en los EE.UU. ponía de manifiesto que existía demanda pero que los banqueros se mostraban reacios a la hora de conceder los créditos.

Nosotros comprendemos a los banqueros: cómo van a prestar si no saben muy bien qué va a pasar con el coeficiente de recursos propios y tienen dificultadas para obtener recursos en el mercado financiero.

En conclusión, lo primero que hay que solucionar es este problema, que los banqueros centrales se encuentran con la tranquilidad regulatoria para dedicarse a prestar y de ese modo transmitir los impulsos monetarios de los bancos centrales.


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