Santiago Niño-Becerra ▶
Información: http://lacartadelabolsa.com
¡Joder!, exclamó alguien de un grupo con el que mantenía una conversación, ‘¿Es que no hay forma de pararlos?’, añadió. Se estaba refiriendo a ‘los mercados’. Discutieron, yo callaba y observaba. Alguien me preguntó: ‘¿No tienes nada que decir?’; lo que dije no gustó, a nadie. ‘No, no podemos, argumenté, porque los mercados somos nosotros’.
¡Joder!, exclamó alguien de un grupo con el que mantenía una conversación, ‘¿Es que no hay forma de pararlos?’, añadió. Se estaba refiriendo a ‘los mercados’. Discutieron, yo callaba y observaba. Alguien me preguntó: ‘¿No tienes nada que decir?’; lo que dije no gustó, a nadie. ‘No, no podemos, argumenté, porque los mercados somos nosotros’.
Hemos creado un tinglado que nos ha funcionado muy bien mientras todas las piezas ajustaban como un reloj suizo y estaban perfectamente lubricadas; los mercados eran algunas de esas piezas. El problema es que cuando algo cambia esas piezas carecen de la propiedad de autoajustarse a la nueva situación, o peor aún: lo hacen con el mensaje antiguo; son como esos misiles que se autodirigen por la información que reciben de varios satélites, si los satélites fallan ….
Lo que ahora sucede es que los mercados siguen ejecutando la función para la que fueron diseñados, que esté contribuyendo a la destrucción del modelo da igual: para ellos no es computable; insisto: siguen haciendo lo que saben hacer, y sí, a álguienes se están beneficiando: también esa es una de las instrucciones que figuraba en diseño originario.
¿Modo de pararles?, no lo hay: tendrían que liquidarlos quienes les dieron sus licencias para matar y para eso habría que destruir el modelo: son parte de él, y como hacia eso vamos, cuando el modelo sea sustituido los mercados tal y como los conocemos desaparecerán.
Evidentemente, lo que dije no gustó.
El nuevo ajuste-recorte-poda anunciado en Philips: muchas explicaciones para, pienso, una única realidad: la estructura de la compañía estaba diseñada para y era supereficiente en, una situación de ir-a-más; visto que esa tendencia ha finalizado, que ahora hay que ir-a-lo-necesario, aquella estructura ya no sirve: sobran cosas, muchas, y faltan algunas. Es un tema de re-adaptación, re-diseño, re-definición; de hecho es un tema de construir una nueva estructura para hacer las cosas de otra manera. Ya: el problema: qué hacer con aquello que ya no va a ser necesario.
Me preguntan: ‘¿Adelantar las elecciones en el reino?’. Pienso que, en el fondo, desventajas no hay ninguna en hacerlo, y ventajas veo una: que entre que habrá comenzado el campeonato de liga y las páginas y las horas que se van a llenar hablando de las elecciones, el resto de cosas van a pasar a tercer plano, cosas como el creciente desempleo, el descenso de la renta disponible, el empeoramiento de los servicios públicos, los recortes y otras cosas así. Pienso que si se adelantan las elecciones es porque puede que sea conveniente a fin de que el nuevo Gobierno afronte Enero sin lastres para hacer lo que haya que hacer, y, mientras, desde Octubre a Diciembre, entre el football y las elecciones, pues eso. (¿Por qué no hizo el actual Gobierno lo que había que hacer?; ya lo hizo, ya lo hizo).
Me dicen: ‘¿Por qué quienes mandan no se ponen de acuerdo?’. La pregunta es lógica: con la que está cayendo y cada uno dice la suya. Sí: son los intereses nacionales, pero, pienso, no sólo es eso; eso, lo de los intereses nacionales, ya se vio en el 29 adonde condujo; influyen, por descontado, pero hay más: no hay un plan porque no hay una idea de plan sino muchas ideas que solas no llevan a ninguna parte. Ya lo hemos dicho: falta un manual por lo que, en su ausencia, cada uno va a lo suyo. ¿Escribirlo?, aún no se ha llegado a esa fase: primero hay que asumir la enfermedad que afecta a todos por un igual. Es complicado, ya; como en el 29.
¡Vaya!, ya empieza a admitirse que hay quienes no puede pagar lo que deben. ¡Ahora!. Se ha estado mareando la perdiz porque no otra cosa podía hacerse, porque el cáncer se asume cuando toca asumirlo. Ahora se dice que se ha estado perdiendo el tiempo con Grecia; no creo: no se da quimioterapia a alguien que dice que siente un picor en un brazo, y eso es lo que se pensaba que le sucedía a Grecia cuando empezó a tener problemas: con una pomada con antiestamínico todo resuelto, y no. El problema es que ahora la quimio ya no funciona. Es decir, y para seguir con Grecia, una quita ahora ya no funcionaría: ya hace falta más.
La prima de riesgo, ¿qué indica?. La que España tiene ahora la tuvo Portugal el pasado Diciembre, y también en Noviembre, y en Octubre, y en Septiembre. La de Grecia tiende hacia los 1.600 puntos, y más. Cuando la burbuja puntocom hubieron compañías cuyos PERs superaron la cota 1.500; después muchos dijeron ‘¡Absurdo!’ (lo dijeron después), pienso que ahora sucederá lo mismo: dentro de unos meses se dirá: ‘Aquella cosa que se utilizaba para calibrar bonos, la prima de riesgo …, la de Grecia llegó a los 1.600 puntos; ¡absurdo!. Pues eso.
M. Trichet dice que el BCE no aceptará bonos de un país en suspensión de pagos, y hay quienes se escandalizan. Vamos a ver, quienes se exclaman, ¿aceptarían papel de una empresa que se halla en suspensión de pagos?.
Me comenta en un mail la hija de unos amigos, 28, superpreparada, trabaja en una entidad financiera, en inversiones; me comenta a raíz de que le sugiriese que podría tantear otras cosas: “(…) Pues la cosa está más complicada… no paran de apretar los jefes pero a ellos les han quitado clientes y tenemos pitbulls solo para machacar pero yo estoy tranquila y relajada, me da igual. Trabajos no hay, hablé con varios head-hunters y me comentaron que para las condiciones que busco (me conformo igual a las que tengo) tienen gente ya con experiencia en ese sector y que incluso quieren el puesto cobrando la mitad. O para junior cualquier universitario les vale más que gente que ya tiene experiencias en otros sectores”. Cuando lo leí me acordé de la Reforma Laboral y de aquello de que ‘en el próximo semestre …’. En fin.
Dicen algunos: ‘Los restaurantes están llenos, ¿dónde está la crisis?’. Hace unos días estuve charlando con el propietario de un restaurante, un restaurante de tamaño grande ubicado en una localidad española de tamaño medio-grande que recibe clientela variada: local y turística; una persona que le gusta llevar ‘las cosas bien’. Hablamos de varias cosas, me quedé con una. El gasto medio de cada persona que visitó su establecimiento en el año 2008 ascendió a 22 euros, a 30 de Junio del 2011, el gasto del comensal medio que lo había visitado durante el primer semestre del año en curso alcanzaba los 18 euros, es decir, en dos años y medio el ingreso medio que cada cliente le había proporcionado ha descendido el 18,2%, pero, ojo al dato, considerando la inflación, el descenso supera el 25%. Las apariencias engañan, las apariencias engañan.
En España se va a limitar el déficit por ley: ‘Queda prohibido el déficit’ (Me ha recordado aquella anécdota / leyenda que se explicaba hace años sobre un acuartelamiento militar del reino cuando aún no lo era: se arrestó a una puerta porque se cerró de golpe y causó daños a un recluta). En Francia nuevos recortes (y los ricos pidiendo pagar más: ¿pensarán que los nuevos desarrapados les mirarán con mejores ojos cuando les vean bajar de su Panamera para ir a almorzar a La Tour d’Argent?).
Reparen en que la cosa va por ir-a-menos: tijeras-hacha-podadora: no se diseñan planes para crecer y, así, recaudar más, sino para ahorrar lo que no se tiene, lo que se sabe que no se va a tener; de nuevos estímulos ya ni palabra. Lectura: el crecimiento es imposible, lo que se tiene se está reduciendo, las expectativas son decrecientes, luego si no se pude sacar más, tijeras-hacha-podadora. Es otra cosa, estamos yendo hacia otra cosa: el barril de las manzanas de aquellos buques del siglo XVII: cada vez más lejos, cada vez menos manzanas.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.