Alan Greenspan, el ex presidente de la Reserva Federal y gurú de las finanzas mundiales, tiene la receta mágica para salir de la crisis y superar la trampa de la Deuda que llevó a Estados Unidos a perder la triple A. En esta entrevista, Greenspan señala que el problema no es la deuda de Estados Unidos sino la profunda crisis europea, que amenaza con terminar con el euro y en ese caso no se sabe quien pagará. Para Greenspan, en cambio, Estados Unidos siempre paga porque lo único que tiene que hacer es imprimir dinero. Así de simple. Sólo requiere tinta y papel para salir de los problemas. ¿Qué tal?
En esta entrevista para NBC, en la cual estuvo acompañado por el Presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Austan Goolsbee, Greenspan señala que está claro que “Estados Unidos puede pagar cualquier deuda que tenga, porque siempre puede imprimir dinero para hacerlo. Por eso la probabilidad de incumpliento (default) para Estados Unidos es nula”. Para Greenspan no hay crisis en Estados Unidos y el foco de los problemas es Europa, dado que su moneda no tiene dueño.
De esta forma Greenspan traslada el problema a los europeos, y señala que el dólar puede ser devaluado cuanto sea necesario, anticipando la operación QE3 de la Fed, algo que ya intuyen los mercados y que significará una inyección de liquidez del orden del billón de dólares. Los planes de estímulo, en todo caso, tal como ocurrió con QE1 y QE2, no han estimulado a la economía estadounidense sino que han inflado las cuentas bancarias de los carteles ya suficientemente ricos del mundo financiero.
Esto nos permite confirmar que Estados Unidos es el más interesado en inflar y propagar la crisis del euro, dado que le ayuda a ocultar la verdadera crisis que se vive en Estados Unidos y dilatar al máximo el colapso definitivo del dólar como divisa internacional. La debilitada hegemonía del billete verde puede experimentar un repunte (que resolvería gran parte de los problemas de Estados Unidos) si el euro desaparece. Es la solución de Greenspan para un mundo que nada entiende del desorden financiero que nos trajo hasta aquí.
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